3.3. Aproximaciones conceptuales
3.3.5. Adicciones
La cuestión de las adicciones está estrechamente ligada a lo que acabamos de plantear sobre la vigilancia, puesto que se desprende del propósito de las grandes empresas tecnológicas, que es tener al usuario enganchado, haciendo clics y engrosando las redes sociales, comprando a través de tiendas en línea o consumiendo series de sus plataformas, es decir, haciendo uso de todo lo que ofrecen sin cesar. En estos casos, por medio del diseño, la tecnología se pone al servicio de la persuasión. Para mayor información, podéis consultar la ficha Diseñar la adicción en el Design Toolkit.
Un proyecto en esta línea es Social Roulette, una web creada por varios artistas en el marco del ya mencionado F.A.T. Lab. Se trata de una web planteada como un juego de azar en que el usuario tiene una de seis posibilidades de que su cuenta de Facebook sea borrada. En realidad, lo más irónico es que la web nunca llegó a funcionar, pero sirvió para generar debate alrededor del control y la adicción en las redes sociales.
Más adelante, en 2021, el artista Ben Grosser propone Minus, una red social que solo provee de 100 Me gusta a quien se registre, que los irá gastando progresivamente hasta que llegue a cero. Limitando los Me gusta, el proyecto confronta la velocidad y la acumulación en que se basan las redes sociales.
De manera más transversal, la artista Dasha Ilina propone Center for technological pain, un proyecto en formato web –que también toma forma como instalación en espacios artísticos– que ofrece varias soluciones para los problemas de salud causados por el uso prolongado de dispositivos y artefactos tecnológicos. Incluye propuestas Do It Yourself con materiales de bajo coste de objetos que aliviarán el dolor, por ejemplo, de la sequedad de ojos, el insomnio o dolor de cervicales.