3. Crítica

3.3. Aproximaciones conceptuales

3.3.3. Consecuencias climáticas

A menudo, pues, con metáforas como la nube olvidamos que el mundo digital no es una cosa etérea, sino que hay unas infraestructuras físicas que permiten nuestras comunicaciones e interacciones. Estas mismas infraestructuras, para poder funcionar 24/7, necesitan electricidad y, por lo tanto, consumen recursos naturales. Por ejemplo, se calcula que en 2018, el consumo global de los centros de datos fue de 205 terawatts por hora. Esto equivale al 2 % del consumo eléctrico mundial. Las consecuencias ambientales son otra dimensión que a menudo no tenemos presente y que queda difuminada cuando pensamos en las tecnologías de la comunicación digital.

Una de las artistas que más ha trabajado desde esta perspectiva es Joana Moll. Concretamente, su proyecto CO2GLE (2015) muestra la cantidad de CO2 que se emite cada segundo con las visitas globales a Google. Se sirve de un contador que sube sin cesar, haciendo una visualización con números de los kg de CO2 emitidos desde que el usuario ha abierto la página.

En Defoooooooooooooooooooorest (2016) retoma la misma temática para mostrar el impacto ambiental de otro modo: con la cantidad de árboles necesarios para absorber la cantidad de CO2 generada por las visitas globales a Google cada segundo. En este caso, lo que vemos es una serie de imágenes de árboles que van llenando progresivamente la pantalla.

Figura 22. Imagen del proyecto Defoooooooooooooooooooorest (2016) de Joana Moll
Fuente: extraída de la web de la artista.